Joaquín Rosas, creador de Chile al Detalle
De niño, pasaba las tardes copiando e interviniendo dibujos de monos animados como Ren y Stimpy y Southpark. En el colegio, era el que mejor dibujaba de su curso y le encargaban todos los trabajos de arte. Hoy, este joven curicano de 25 años ve el dibujo como lo que más le gusta hacer y está lejos de querer ganar un sueldo con ello. No se define como un artista ni un dibujante de escritorio, todo lo contrario, camina por Santiago con una croquera en el bolsillo para retratar todo lo que le inspira en su recorrido por la ciudad.
Fue el dibujo de un pie de limón el que más hizo reír a sus amigos y motivó a seguir. Es que el dibujo, que corta un pie humano en dos y parece ser un limón por la mitad, juega con la literalidad de la palabra pie de limón. Lo compartió en Facebook y poco a poco fue captando seguidores que empezaron a disfrutar de sus juegos de palabras, críticas sociales o simples ilustraciones.
Joaquín, no tiene ningún familiar ligado al mundo del arte. Sin embargo, no hace mucho tiempo descubrió que el gusto de su padre por el aeromodelismo y su taller en la casa, puede haber influenciado en su gusto por inventar y reparar objetos.
¿Cómo llegas de ese gusto por arreglar cosas al Diseño?
Cuando salí del colegio no tenía muy claro qué estudiar, pero entré a Diseño porque era dónde se podían hacer cosas más creativas en una carrera. Me especialicé en el área de diseño de productos y fabricación digital.
¿Y cómo fue tu paso por la universidad?
Muy entretenido. Entré primero a la Universidad del Desarrollo, estuve dos años en Ambientes y Objetos pero, a pesar que me hice mis mejores amigos y aprendí mucho, sentí que me faltaba aprender más de otras áreas. Me cambié a la Católica por dentro y gracias a que pude tomar ramos de cualquier área, conocí a los cracks de todos los ámbitos, como a los que diseñaron la tipografía del Transantiago y a personas que trabajan en el Gobierno. Fui ayudante en dibujo y después de varios otros ramos. Ahora como egresado, fui profesor de Taller y ahora del ramo Estructuras y Materiales.
Este es el exitoso dibujo del pie de limón que motivó a Joaquín a seguir con el juego de la literalidad en sus ilustraciones.
Según cuenta Joaquín, en su pieza está el resumen de todo lo que le gusta hacer cuando está en su casa. Además del dibujo, la música es otra gran pasión; toca rock y blues con un grupo de amigos.
¿Cómo descubriste que te gustaba dibujar y que eras bueno para eso?
Que me gustaba, lo descubrí porque pasaba mucho tiempo dibujando. En general cuando hago algo que me gusta, el tiempo se me pasa volando. Me pasa también con la guitarra. La mayoría de las veces dibujo en los tiempos muertos, en vez de mirar el celular, esperando la micro, por ejemplo.
Varios de tus dibujos son situaciones que le ocurren a todos, como que se te pinche la rueda de la bicicleta o que se junten miles de platos sucios en la cocina. Cuéntanos un poco de tu proceso creativo para hacer esos dibujos.
Conecto lo que me pasa en el día con lo que se me ocurre dibujar. Con todo el tema de los memes que está muy de moda, me di cuenta que me gustaba hacer en dibujos obvios pero no tanto, con juegos de palabras, como otra forma de mostrarlo.
¿Y para mostrar esos dibujos tus plataformas son las redes sociales?
Empecé subiendo mis cosas a Facebook cuando me di cuenta que a la gente le gustaban mis dibujos. Al principio los escaneaba, después, cuando salió Instagram les sacaba foto con la cámara del celular y los subía. Con esto, empecé a compartir cosas divertidas para que la gente se riera y disfrutara un rato. Para mí el dibujo nunca ha sido algo comercial, que quiera vender. Siento que pierde la gracia porque lo hago porque me gusta. De todas maneras, si me salen proyectos que me encargan dibujos para vender, no tengo problema.
Joaquín usa dos tipos de croqueras marca Moleskine; una para llevarla en su bolsillo y otra más grande para su trabajo.
¿Dónde dibujas normalmente?
El espacio físico no lo tengo muy definido, por eso tengo las croqueras. De repente puede ser en la micro, en el metro, en la universidad. Es más por donde me pille la imaginación, casi siempre al paso.
Eres de Curicó pero vives es Santiago. ¿Cómo te inspira o tal vez te quita la inspiración esta ciudad?
Me inspira. En Curicó yo vivía alejado de la ciudad, en el campo, en un cerro y para mí lo más entretenido es cuando ves personas, lo que hacen. La ciudad me inspira mucho más a hacer cosas, pero más que la ciudad, las personas que viven en ella y que siempre van cambiando.
¿Y qué cosas te inspiran?
Me inspiro mucho de internet, viendo ilustradores. De hecho cuando chico me gustaba copiar, captar la técnica y aplicarla. Por eso me gusta viajar, porque uno ve cosas y dan ganas de copiarlas. Más que buscar inspiración, me gusta estar todo el rato abierto a que se me ocurran cosas, a que aparezcan para dibujarlas.
¿Con qué lápiz y sobre qué papel te gusta dibujar?
Papel de croquera y pluma. La gracia del pluma es que tiene distintos grosores de línea que lo hace más expresivo. Casi siempre dibujo en negro. Me han dicho que pinte pero todavía no me dan ganas.
¿Y algún objeto en particular que te guste dibujar?
Antes me gustaba mucho dibujar autos porque quería entrar a diseñar autos. Pero no, siempre me he pasado por todo, hartos paisajes, personas. Si me preguntan qué dibujo, dibujo un poco de todo.
Lo único que sabemos sobre Chile al detalle es que es un mundo de hormigas lleno de elementos, figuras, espacios, calles, edificios, monumentos. Cuéntanos más sobre él.
En un principio hice un dibujo más abstracto, algo como Chile en puntillismo, representando a las personas con puntos. Después de un tiempo trabajando en eso, decidí hacer algo más parecido a lo que hago yo: vistas aéreas de ciudades, con detalles y cosas pasando. Hice una mezcla entre experiencias y ciudades. Si bien he recorrido mucho Chile, con el mapa me inspiré a conocer lugares que no he ido, como toda la costa, por ejemplo.
El mapa Chile al detalle es una especie de vista aérea de ciudades de Chile, con detalles y cosas pasando dentro de cada una. Algunos, se vendieron con lupa para poder encontrar los cientos de hitos que se pueden encontrar como las Torres del Paine, el Morro de Arica, Chiquicamata, San Pedro de Atacama y la casa de Joaquín en Curicó.
¿Fue un trabajo difícil?
Fue mucho tiempo porque me costó mentalizarme para dibujar y fue súper incómodo porque no tengo una mesa de ese tamaño. A veces dibujaba parado, lo pegaba en la pared, me lo llevé a Curicó. Primero hice con lápiz mina el contorno y escribí los nombres de las ciudades. Después, fui en Internet viendo ciudades y descubriendo sin necesidad de ir.
¿Crees que se puede vivir del arte en Chile?
Yo no viviría del arte porque no me interesa vender. Pero tengo amigos que se pusieron el desafío de vivir del arte y lo han hecho, estando en exposiciones y cosas así. Creo que depende mucho de uno. En diseño es mucho más fácil encontrar pega, pero en arte hay que estar creando todo el rato, tienes que ser movido y con mucha pila. Yo creo que se puede, es difícil, pero se puede. No lo veo como una proyección para mí, el dibujo, más que por hobby, es por gusto, es algo cotidiano.
¿Y no ves un libro como una guinda de la torta?
Puede ser pero depende de qué estás buscando. En los tiempos de hoy, si tu objetivo es hacerte famoso, están las plataformas digitales. Como realización personal, nunca he pensado hacer un libro. Una vez hice una exposición en la universidad con croqueras y fue una manera de exponer distinto y si volviera a hacer una, mostraría las croqueras de todas maneras. Es una forma de mostrar mi trabajo en bruto. Es lo más privado que podría compartir, es casi una vitrina de mi cerebro, de las cosas que me pasan.
Joaquín se declara fanático de los elementos de madera además de las miniaturas, objetos portátiles y plegables. Algunos de los que están en su pieza fueron diseñados por él y otros se los compró viajando.
Artefactos Rosas es su marca de objetos de cuero como billeteras, tarjeteros y fundas de celular. Refleja la filosofía que busca llevar todo a la mínima expresión y simplificar los objetos en una sola pieza.
Según cuenta Joaquín, siempre lo han criticado por ser malo para leer textos largos. Sin embargo, se ha armado su propia colección con libros de arte, dibujo, diseño, comics. Los temas que sí lee.
Supimos que te vas a trabajar a Barcelona el próximo año. ¿Qué hay afuera que no encontraste en Chile que te hizo dar el paso de irte?
La gracia es que no sé qué hay, es la incertidumbre. Siento que quedándome es más predecible lo que va a pasar; voy a seguir haciendo clases, tal vez salgan proyectos nuevos. Pero afuera me gusta conocer gente que haga cosas que acá no existen. Más que los lugares y cosas que hayan, son las personas, otras culturas lo que quiero descubrir. Siempre pienso que en 100, 120 años más todos los que vivimos ahora se van a renovar por completo entonces lo más valioso que tú puedes conocer ahora son las personas que están viviendo en este segundo contigo en el mundo. Para mí, buscar eso es lo más interesante. De todas maneras después de aprender y absorber todo allá quiero volver y poder aplicar eso acá, como profesor o trabajando. Un poco por retribuir.
¿Cuáles son tus proyectos a futuro? ¿Algunos planes nuevos que nos puedas contar?
Proyectos en particular, la verdad es que no tengo ninguno. Por ahora el viaje se me hizo el proyecto más grande. Es como casi un reseteo y volver a partir allá.
Tal vez esa pregunta habría que hacerla en un tiempo más…
Claro, cuando vuelva o cuando esté allá.
- Fotografías: Rafaelo Roasenda
- Entrevista: Josefa Errázuriz
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